Aunque la vida me sorprenda de espaldas e indefensa, me mantendré atenta. No es que le tema. Mas bien le aguardo. Y a cada momento de su inalterable y caudaloso tiempo, me preparo a su embestida.
Se siente en la piel y en el temblor de las visceras cuando seduciendo al vértigo, le coquetea al abismo, y empuja la inercia al vacío.
No permite quietudes ni estatuas. Ella es y se demuestra en el continuo. Me requiere cuando llega la tarde y descalza, la invito a quedarse.
Y cuando el sol se derrite en el horizonte pervierte mi calma, y late...la te... en precipitado galope, pulsando en mi pecho sus ganas.
Me mantendré atenta, aunque la vida palpite de pausa en pausa.
viernes, 29 de julio de 2011
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2 comentarios:
Así debemos estar para no dejar escapar ninguno de esos granos de arena que se deslizan -sin piedad- por nuestro reloj.
Que tu regreso no sea un espejismo, preciosa :)
dos abrazos y un beso (x2)
La vida me desarmó con un beso.
Un gran saludo.
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