Sigue el frio, julio está por partir pero quiere dejar huella. Quizás ha sido el invierno más helado de cuatro inviernos, dentro y fuera de las fronteras de mi cuerpo.
Se hiela la esperanza mientras se desliza por las mejillas, y al llegar a los labios se triza en cientos de agudos cristales haciendo sangrar los besos que no se dieron.
Se escarchan los espejos, y sólo pueden reflejar intermitentes imagenes cercenadas, incompletas, fragmentadas. De un rostro congelado por el viento realizando proezas por integrarse en un gesto.
Se empaña la mirada, y sobre ella dibujo un par de recuerdos, de esos que miraban con pupilas encendidas, que saltaban de mis ojos como chispas de fuego. De esas que logaron derretir un antiguo invierno.
Julio parte entumecido, desafiante,
y amenaza con enfriar
los últimos intentos.
lunes, 26 de julio de 2010
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4 comentarios:
¿Cómo podrías haber hecho el amor entre tanto frío?
¿En forma mecánica o te desdoblas?
¿Mientes aquí o en la cama?
"Se hiela la esperanza mientras se desliza por las mejillas, y al llegar a los labios se triza en cientos de agudos cristales haciendo sangrar los besos que no se dieron"...
que decirte, cuando el frio toma el alma, ya nada vuelve a calentarla.
un abrazo
Agosto fue peor, al menos en mis climas interiores.
Me gusto encontrarte.
Hasta pronto.
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