sábado, 23 de octubre de 2010

Lo sabrás...

Cuando ya no esté, y el silencio cubra tus manos. Cuando en mis ojos cese tu reflejo y mis labios desperdicien tus besos. Cuando se interrumpa el porfiado desvarío de mi pecho y el frio inevitable vaya cubriendo la desnudez de mi pasado.
Sabrás, que no existe el abandono.
Y que tus noches serán conmigo, aunque ya no sea ni la piel ni la savia, y no pueda nadar por tu espalda. Aunque enmudezcas por la ausencia del temblor de mi garganta, oirás mi voz, escondida en nuestro eco, y sabrás como llamarme (lo prometo).
Y sabrás, (lo sabrás),
cómo encontrarme...

2 comentarios:

Daniel dijo...

Hay mensajes, señales, mapas; escritos en cada trozo de piel, en cada vestigio de cálido abrazo; siempre hay una huella que se continúa, que no se desprende.

Bellísimo.

josé ángel dijo...

sobrecogedor..