domingo, 13 de junio de 2010

Resignación

Hace frio,

Dónde dejaste tu presencia?

Crei que podría hallarte en esta vida, sólo por ello me mantuve cauta en tu espera. Crei que coincidiriamos, que olerías mis huellas, las que fui dejando en el camino como cicatrices, una larga línea palpitante como herida que goteaba amor hasta mis piernas.
Te dejé mi voz entre la niebla, para que bebieras mis palabras cargadas de humedades y aún asi, desiertas. Te dejé también un par de poemas gobernando el silencio, para que recogieras de par en par los versos, todos ellos delirantes, todos ellos pegados a mi espejo.

Han sido noches fulminantes, verdugas, te cuento que el sueño desertó hace tiempo. No quería toparse con mis ojos sentenciantes, los mismos que miraron más allá de tu ausencia y supieron que jamás te encontrarían.
Me atemorizó la tierra en un comienzo, toda una vida sin que vinieras estremece y debilita, no sé que te entretuvo tanto que no acudiste, ahora sólo queda que pase rápido, que logre respirar sin la esperanza de tu abrazo escudo de mis miedos.

No naciste, ya me di cuenta, puedo percibirte rondándome la espalda, ensayándome en ese juego cíclico de bienvenidas que tanto nos gustaba. Ya habrá momentos para respuestas, sé que no faltarás a la próxima existencia, mientras tanto, sólo mientras tanto... resignada, ensayo bienvenidas sin tus labios.

1 comentario:

Logan X dijo...

La vida realmente nos da sorpresas
En algunas ocasiones, solo en algunas
Nos da segundas o terceras oportunidades
Y solo algunos iniciados son capaces
de tocerle la mano al destino
¿Te atreves?